II Cinefórum: “El poder de la vulnerabilidad”

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Este artículo tambien está disponible en audio gracias a Davinia Velázquez
Flor creciendo en un suelo seco

Socialmente nos movemos en un contexto en el que las emociones y su expresión públicas son consideradas una debilidad en lugar de un potencial o algo natural. El pensamiento de los últimos siglos ha insistido en el uso de la razón y la lógica, enfocados a la eficiencia, efectividad y resultados, obviando las emociones, los estados internos, nuestro estado anímico, siendo considerado todo esto como una debilidad, un signo de vulnerabilidad que nos hará menos capaz de afrontar la vida de forma “correcta”.

En esta edición de Cinefórum en Indágora, visualizamos la charla ted de Brene Brown sobre la vulnerabilidad, con el objetivo de conseguir una visión y perspectiva diferente hacia esta palabra, que comúnmente se suele asociar con ciertas connotaciones negativas y algo a evitar.

“Brene Brown estudia la conexión humana, nuestra capacidad de empatía, de pertenencia, de amar. En una charla conmovedora y divertida en TEDxHouston, comparte una visión profunda de su investigación que la llevó a una búsqueda personal para conocerse a sí misma y a la Humanidad. Una charla para compartir..”


¿Qué palabras nos vienen a la mente cuando pensamos en Vulnerabilidad?

Párate unos minutos a reflexionar sobre qué palabras son las primeras que te vienen a la mente con esta palabra.

En nuestro Cinefórum nos dimos cuenta que casi inmediatamente, la palabra vulnerabilidad se asocia con debilidad, con falta de capacidad, con sentirnos inferiores o pequeños y pequeñas, y es con el paso del tiempo y con un poco de reflexión que empiezan a salir palabras más trabajadas, una perspectiva un poco más humana de la vulnerabilidad.


¿Por qué la vulnerabilidad se relaciona con debilidad?

En nuestro debate se expone una razón social a raíz de esta cuestión, nos importa tanto lo que opinen las personas sobre quiénes y cómo somos, que vivimos constantemente “de cara a la galería”. Nos da vergüenza vernos como alguien herible, nos ponemos máscaras de fortaleza que oculten nuestra herida, nuestro dolor, y vamos por la vida intentando ser rocas en constante lucha contra la erosión. Nos preguntamos ¿Qué juicio puede haber al mostrarnos vulnerables? La respuesta es casi unánime: se considera a una persona más débil por ser más fácilmente herible.

La etimología de la palabra “vulnerable” viene del latín vulnerabilis, formada de vuluns (herida) y el sufijo –abilis (-able, indica posibilidad). Es decir que puede ser herido.

O sea que ser vulnerable es la posibilidad de que recibamos alguna herida (física o psicológicamente). En esta definición no se contempla a priori que este hecho significa que seamos más o menos débiles, más o menos válidxs o capaces, sino una realidad: en esta vida existe una probabilidad de que las cosas que nos ocurran nos provoquen daño.

Atendiendo a esto, parece ser que el ser vulnerable se puede considerar algo natural en los seres vivos, somos potencialmente heribles, vulnerables, pero esto no quita que no tengamos recursos para protegernos o que podamos hacer algo con esta herida.

La respuesta más inmediata ante una herida o ante algo importante es la protección, esto es fácilmente observable volviendo la vista a nuestro propio cuerpo, vemos que las costillas protegen nuestros órganos más vitales y vulnerables: corazón, pulmones, etc.
El recurso más común que solemos ver en terapia para ello se trata de la evitación: “Cuanto menos me exponga y me muestre, menos posibilidad de que me hieran”. ¿Les suena?

Parece ser que también hay una relación entre “cuanto más me muestro, hay más probabilidades de ser rechazado y/o que me hagan daño” ¡La trampa está servida!

Tengo algo potencialmente herible en mí + en esta vida hay que ser fuertes para ser válidos = si muestro lo que me preocupa o duele me van a rechazar y juzgar de débil por no poder superar o dejarme herir por algo así, ¡qué vergüenza ser como soy!. ¿Qué provocará todo este ciclo? Más herida, más insatisfacción con lo que somos, más máscaras de fortaleza, más rechazo a la vulnerabilidad… y vuelta a empezar.

Al margen de la crítica social, el debate se dirige a qué pasaría si no ocultáramos nuestras vulnerabilidades, sino que nos hiciéramos cargo de ella, las comentáramos abiertamente y nos protegiéramos a su vez.

Es cierto que no podemos escoger cuándo somos o no somos vulnerables, y también hay que tener bastante conciencia de qué hacemos con esta vulnerabilidad. Hay que crearnos los espacios internos para poder cuidarnos cuando aparece y también saber pedir ayuda comenta una participante.

“Hay que ponerle coraje” comentaba otro participante “Al decir tus vergüenzas te estás aceptando y ya no te da tanta vergüenza, así no te pueden pisotear, ya te haces cargo tu de lo que te ocurre”.

Aparece una palabra nueva aceptación, una de las Aes de la autoestima: todas las personas somos dignas de amor, estamos en construcción y revisión (como dice en la charla Brené), si no asumimos esto no vamos a poder desarrollarnos desde una sana autoestima.

A raíz de esta nueva lluvia de idea surgen muchas más palabras relacionadas con la vulnerabilidad: Libertad, Coherencia, Integridad, Naturalidad (“si quiero llorar lloro, si quiero taza de mr wonderful me la compro”), autoestima sana.

 
En la foto: Brené Brown “Adiós perfección, hola coraje”

¿Qué recursos creemos en el debate necesarios para mostrarse vulnerables?

  • Sentir miedo para no bloquearse – dejarse atravesar
  • Aceptación
  • Amor
  • Verlo de forma natural
  • Salir de la tiranía del bienestar
  • Convivir con emociones negativas pero no regodearte en ellas
  • Aceptar nuestros tiempos y necesidades
  • Tener una red afectiva sana y significativa con la que poder abrirse

Con todo esto pudimos concluir lo siguiente:
¿Si ser vulnerable es ser débil, significa que ser fuerte es no sentir dolor ni tener heridas? Suena un poco raro visto así… En esta vida nos van a pasar miles de experiencias, algunas más agradables y otras más desagradables y dolorosas, que esto nos hiera no significa que seamos débiles, sino que lo importante es ver lo que hacemos con todo esto.

La debilidad es no tener ningún tipo de recurso para hacer frente a nuestra situación, a nuestro dolor, a nuestra herida (las causas de esto pueden ser muy diversas) y esta realidad es muy complicada, ¡siempre tenemos recursos, estrategias (más o menos sanas) para resolver nuestros conflictos!

Por tanto es posible ser vulnerable y a la vez tener la capacidad de responder cuidándonos y haciéndonos cargo (o buscando recursos externos que colaboren en hacernos cargo) de nuestra herida ¿suena bastante fuerte esto no?

“La fortaleza radica en asumir tu fragilidad; el valor reside en hacerte cargo de tu propia historia, no maquillarla” Diana Cardozo

La fortaleza es poder hacer cargo de unx mismx, es acompañaros, es aceptarnos en nuestra vulnerabilidad

¿Quieres saber cómo? Este mes de octubre realizaremos un taller de autoestima en donde daremos clave a varias cuestiones como esta: integrar la vulnerabilidad en quiénes somos y querernos con todo lo que ello supone.

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