I Cinefórum: “El poder de los introvertidos”

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Este artículo tambien está disponible en audio gracias a Davinia Velázquez

En este mundo en el que vivimos, lleno de retos, objetivos, empresas, aspiraciones de poder, relaciones, comunicación, anuncios super felices de verano… la extroversión se vende como una característica necesaria para poder enfrentar el día a día y conseguir ser alguien de renombre, que destaque e importante. Siguiendo esta dinámica, las personas introvertidas empiezan a ocupar un plano secundario en donde incluso está mal visto ser de esta forma y llega a enjuiciarse con valores y etiquetas negativas.

¿Por qué la etiqueta de introversión es negativa?

Inspiradas por la charla TED de Susan Cain “El poder de los introvertidos” y observando en nuestra trayectoria profesional el peso de malestar que conlleva esta etiqueta, decidimos inaugurar nuestro Cinefórum mensual con este concepto: la introversión.

“En una cultura donde ser sociable y extrovertido se valora sobre todo lo demás, resulta difícil, incluso doloroso, ser introvertido. Pero como Susan Cain argumenta en esta apasionada conferencia, las personas introvertidas brindan extraordinarias habilidades y talentos al mundo, y por ello se las debería motivar y celebrar.”

En nuestra primera edición, 13 participantes nos lanzamos al debate de de-construir todo lo que la palabra “introversión” ha ido conllevando en nuestra sociedad, en nuestra forma de relacionarnos, en nuestra forma de vernos y crear identidad.

¡Y qué debate tan interesante!

¿Qué palabras nos vienen a la mente cuando pensamos en Introversión?

Como primer ejercicio proponemos hacer una lluvia de ideas de palabras que relacionamos con ser introvertidx, y nuestras hipótesis se confirman. Parece ser que las primeras relaciones con esta forma de ser se asocian con infelicidad, ya sea por un aislamiento social y soledad, timidez o vergüenza. Hay una especie de acuerdo en que es muy difícil llegar a aceptar este tipo de carácter y las necesidades específicas de personas que son más introvertidas ¿quizás por esta visión negativa?.

Es cierto, tal y como introducimos en este artículo que la sociedad nos vende un modelo de persona exitosa, nos dice que necesitar tiempo a solas es “de bichos raros”, que si no hablamos mucho es que “tenemos un problema”, que tener vergüenza puede ser un motivo de burla…

Incluso la R.A.E. tilda con cierta negatividad la definición de Introversión:

1. f. Psicol. Condición de la persona que se distingue por su inclinación hacia el mundo interior, por la dificultad para las relaciones sociales y por su carácter reservado.

Los términos introversión y extraversión fueron descritos por el psicólogo y psiquiatra Carl Gustav Jung en su obra “Tipos psicológicos”, en ella define formas de ser básicas en el marco de su teoría de la personalidad. La introversión tal y como la definió Carl G. Jung dice:

“Es una actitud que se caracteriza por la concentración del interés en los procesos internos del sujeto. Los introvertidos se interesan principalmente por sus pensamientos y sentimientos, por su mundo interior. Así tienden a ser profundamente introspectivos.“

Lo cual coincide con la etimología de la palabra: “Intro-ver-sión”

  • Intro (en el interior)
  • Versum (vertere, dar vueltas)
  • Sufijo -ido (indica acción, o recibir una acción)

Por tanto, la introversión se refiere a una persona que está vuelta (vertere) en sus sentimientos hacia sí mismo (intro-). Con esto se puede llegar a lograr un procesamiento más profundo sobre los pensamientos y emociones propias y para lograrlo es común que las personas más introvertidas tengan preferencia por lugares tranquilos,con bajos niveles de estimulación y con poca afluencia de personas.

La introversión es una actitud de recogida interior, de disfrute con uno mismo, del provecho de nuestros propios recursos, creatividad, pensamientos y autoconocimiento para luego así, interaccionar con el mundo de la forma en la que mejor nos adaptamos y sentimos. Esto no significa que las personas introvertidas no se relacionen, simplemente que disfrutan de su mundo interno cuando lo necesitan, y toman contacto con el exterior cuando sienten que les apetece.

Puede ser que haya cierta relación estadística con la timidez, pero no tiene por qué ser correlativo (siempre que hay introversión hay timidez). Introvertidamente tuya de Irtha Lopez lo explica muy bien con este artículo: ¿Introvertida o Tímida? ¿Acaso no son lo mismo?. ¡Toda su página web es un recurso muy valioso para seguir ahondando en esta deconstrucción de la introversión!

Se puede ser una persona introvertida y a la vez sociable, relacionarnos, tener una red afectiva amplia y un buen contacto social.

Hay muchas personas introvertidas, sin embargo la sociedad parece que en cierto modo los estigmatiza, premiando las conductas opuestas tales como llamar la atención, ser muy activas e inquietas, asumir más riesgos o tener un amplio número de relaciones con los demás. Es una cuestión de mercado, nos explicaba un participante en el Cinefórum: “El producto que más se compra es el extrovertido, por lo tanto aumentará la demanda de estos y se querrán más y más, al subir el valor de este tipo de personas, el valor de otros productos como puede ser la introversión baja, se devalúa, no es tan apetecible ni aceptado”.

¿La introversión es elegida o involuntaria?

Toda esta confusión puede venir porque no nos aceptamos tal cual somos, introvertidxs o extrovertidxs, estamos jugando un rol y eso viene impuesto. Si no hacemos un camino rumbo a quienes somos y descubrimos con qué nos sentimos en comodidad, no podremos saber si esto es una elección de mi normalidad o una imposición de la normatividad. Si no puedo o no sé cómo relacionarme podría parecer que corresponde a un mandato extrovertido en el protocolo de cómo relacionarnos, y es por ello que al no vernos que encajamos aquí nos recluimos y forzamos una introversión impuesta, es decir, si no se relacionarme como dice la norma que debo hacer, me recluyo, opto por lo contrario buscando mi coherencia… pero tampoco estoy a gusto.

Muchas personas en este debate coincidíamos en que estar en contacto con nuestro interior desde la tranquilidad puede tener muchísimos beneficios, incluso pudiendo ampliar perspectivas y tener conclusiones y opiniones diferentes a las de tu red social. A todo beneficio le solía preceder un riesgo, ¿Qué ocurre si nos enjuician por pensar distinto? ¡Qué presión social!

Y volvemos a debatir acerca de cómo nos escondemos, cómo ocultamos nuestra forma de ser por no corresponder con el estándar establecido, ¿cómo voy a ser natural así? ¿Cómo voy a mostrar mi maleta como dice Susan Cain en su charla?

Hay personas introvertidas que no tienen miedo a mostrarse tal cual son (quizás es que no tienen el componente de miedo al juicio social y etiqueta), ¿cuál es el truco para ello?. Reconocernos y aceptarnos, como comentó alguien en el debate: “La especialidad del mundo interior tiene un valor diferente según miramos desde lo extrovertido o introvertido.”

Si nos preguntamos ¿qué necesitamos? Si atendemos, respondemos y aceptamos nuestras necesidades propias podríamos vivir cómodamente con quiénes somos, con nuestras diferencias e idiosincrasias.

Un problema de la fobia social, tan relacionada con la introversión, es obligarnos a ser más extrovertidos, el dilema es forzarnos y pretender ser lo que no somos, con lo que no nos manejamos a gusto. Como afirma la escritora del libro El poder de los introvertidos en un mundo incapaz de callarse, Susan Cain en su entrevista en La Vanguardia

“La introversión es la forma en que uno responde a los estímulos, es decir, si uno se siente más vigorizado rodeado de tranquilidad o de bullicio. Estoy convencida de que estos gustos jamás se alteran. Uno no deja de ser introvertido, aunque puede ganar aptitudes sociales. Enfrentado a una situación que antes les habría resultado embarazosa, ahora la tiene bajo control. Su necesidad de soledad o de estimulación no varía, aunque se sienta a gusto en un acto social.”

Pero hay que ir poco a poco.

Si te fuerzas en exceso, acabas mental y emocionalmente exhausto, no somos conscientes de la cantidad de energía que un introvertido consume durante el rato en que actúa como un extrovertido. Los que están en trabajos que les obligan a mucha actividad social han de buscar refugios de introspección.

Lo rico es tener relaciones con mundos diferentes, nos compensamos y nos aportamos desde nuestras diferencias, el introvertido y el extrovertido pueden colaborar aportando lo bueno de cada cual, aceptándose, tolerándose y entendiendo cuáles son las necesidades de cada cual para un perfecto equilibrio relacional. Toda combinación de formas de ser con diferentes características nos lleva a la homeostasis de un grupo diverso de niveles y matices.

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